martes, 5 de enero de 2010

EL REY DE MI CASA

No, el título de esta entrada no es el último eslogan de Ikea, aunque pudiera serlo.

Y es que este año, por primera vez, voy a tomarme uno de los vasitos de anís, y a comerme uno de los mantecados que en mi casa dejemos para los Reyes de Oriente.

Por primera vez llevaré capa y corona real, montaré a lomos de camellos y caballos rápidos como el viento.

Por primera vez mis alforjas contendrán regalos mágicos que ilusionarán a un niño, el mio; y, por primera vez, me ilusionaré al ver sus ojos el día de reyes.

Llenaré sus minizapatillas de caramelos, sabiendo que su pequeño cuerpo aún no puede comerlos. Inflaré docenas de globos, de decenas de colores, casi más por mí disfrute que por el suyo.

Cambiaré, por primera vez, de bando. Seré el esperado, en lugar del que espera. Seré el soñado, al mismo tiempo que el que sueña.

Por primera vez voy a ser el Rey de mi casa.

1 comentario:

Sergio dijo...

Yo vivía este momento con una mezcla de euforia, ilusión y desconcierto.

Por una parte, apenas podía quedarme dormido esperando que llegase la mañana del día siguiente, y abriese los regalos.

Pero por otra parte mi mente racional pensaba:
¿Cómo es posible que tres reyes magos con sus respectivos camellos sean capaces de llegar a un cuarto sin ascensor, y encima sin hacer ruido?.

Y también pensaba:
Si ellos pueden entrar tan fácilmente... ¡cualquiera podría hacerlo!¡podría entrar un ladrón!. Es más... ¿y si los Reyes Magos empiezan a robar a los niños?.

Te juro que todo esto es lo que pensaba.

Besos. Disfruta, canalla.