martes, 3 de septiembre de 2013

Destino


Las 6 en punto en el radio despertador de la mesita de noche. Despacio, el mundo volvió a ser real en sus ojos. Su primer gesto, como cada día desde hacía meses, alcanzar el paquete de chicles de nicotina que mantenía a raya el temblor de manos.

Volvía a no recordar donde estaba. Consiguió levantarse a pesar de su cita con el Legendario de la noche anterior.

Tras un breve momento frente a si mismo, otra vez la necesidad, el recuerdo, el remordimiento… Miró con miedo el cadáver de la rubia que, con más mala suerte que buena, se cruzó en su camino en el bar.

Mecánicamente, como siempre hacía, introdujo su joven e inerte cuerpo en una bolsa verde de basura. No había nadie en la aún oscura calle del motel en el que había pertrechado su última aventura. Sólo un pájaro taciturno en la ventana de al lado. Depositó su trofeo mortal en el maletero de su megane. Encendió el navegador TOMTOM, ¿destino?, tras unos segundos tecleo “Sevilla”.

Siempre había querido conocer Sevilla.

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