martes, 13 de mayo de 2014

Partida...

Poco a poco la ciudad comienza a empaquetar su espíritu.

Como gotas de sangre roja, hirviente, comienzan a fluir miles de almas, de corazones. Atrás quedará un estadio, atrás quedará una ciudad, atrás quedarán otras miles de almas.

Las maletas repletas de ilusión, de esperanza, de convencimiento. Por fuera bufandas, todas rojiblancas, banderas, y pegatinas de otros viajes recordados, de no hace mucho. Viajes que reforjaron el orgullo, el carisma y el sentimiento de lo que ahora somos, de lo que nunca dejamos de ser.

El cielo, el mar, la tierra..., todo se irá tiñendo en las próximas horas de un color rojizo. Blanquirrojeará la pasión, como dijo el maestro. Al final de cada camino un mismo objetivo, Turín, que espera con una Sábana Santa la llegada de otra, tambien santa y mariana, que sostiene a un escudo, ya redondo, ya acorazonado.

Las familias se reparten, los amigos se dividen. Unos pondrán voz en directo al empuje y corazón que los otros formarán desde casa. Una afición ocupando 1500 kilometros de punto a punto, de cada alma a cada alma, unidas, conectadas.

Porque Sevilla le dio su nombre y para defenderlo le dio esta afición. Y lo defenderemos. Nunca caminará solo. Mientras un solo sevillista se encuentre en un estadio todos estaremos con él, todos cantaremos en él, y todas nuestras voces se oirán, como una sola voz. Todos nuestros corazones latirán como un solo escudo.

Sevilla ya parte hacia Turín y Europa sabe que cuando Sevilla está en una final no es para jugarla sino para ganar.

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