martes, 15 de julio de 2014

Soy el caminante

Yo soy el caminante.

Soy solamente una ilusión, una sombra sin nombre, un sueño, un recuerdo, un hombre sin sombra.

Sólo escribo lo que veo, y lo que cuento es mi historia y tu historia. Sólo soy el caminante. No soy nada sin tu compañía y sin ti mi diario es poca cosa, una rosa sin nadie que la observe ni perciba su olor, sin nadie que se clave sus espinas.

En mis noches flirteo con las musas. Me seducen, y yo las embauco. Las atraigo hacia mí para exprimir todos sus jugos y beberme hasta la última gota despacio, sin prisa. Se acercan confiadas y, cuando se inclinan frente a mí, las convierto en letras, palabras, sueños, sentimientos...

Entonces, aún con las manos y la pluma calientes, las consumo con ansia y luego, con sólo un hilo de vida, las dejo huir únicamente con la intención de que se recuperen, y poder volver a sacarles más sangre, otra historia, otro trozo de vida.

Sólo soy el caminante que se acerca cuando lo necesitas, el que buscas, el que encuentras sólo sin buscar. Estoy allí donde tú estés, donde quieras que te acompañe. Corro a tu encuentro si me llamas y, si no me llamas, es porque ya estoy junto a ti.

Búscate en mis historias porque es de ti de quién mi diario habla. Si sabes leer a través de él, si lo rompes y te asomas dentro, te encontrarás a ti mismo, porque estoy hecho de ti y soy lo que necesites que sea.

Soy el caminante. Éste es mi diario, éste eres tú.

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