viernes, 5 de septiembre de 2014

Lady Halcón

Ella había sido siempre una luchadora. Desde pequeña su fuerza la había hecho destacar. Era sobre todo corazón, espíritu de superación. Su arrojo en la vida era a veces confundido con altanería.

Cuando llegó la noticia la recibió como todas las demás. Fue tan inesperado, tan real. Normalmente es así. Para la mayoría el mundo se desploma, desaparece el suelo y  los pies se afanan en conseguir un apoyo que ya es imposible. Pero ella no era como la mayoría, nunca lo había sido.

La fuerza de las palabras es indudable. No se tiene conciencia de algo hasta que no se le asocia un nombre, hasta que no se "apalabra". Hay palabras que representan todo un mundo de sensaciones como "felicidad" o "amor". Hay otras sencillas, casi imperceptibles, que nos ayudan en el día a día. Y hay palabras tan potentes que, por el solo hecho de nombrarlas, destruyen una vida en cuestión de segundos. Y de éstas últimas, hay una que destaca por su crueldad y voracidad.

Cuando el médico que tenía enfrente rajó su realidad, un leve mareo le hizo cerrar momentáneamente los ojos. En ese mismo instante su valentía decidió por ella misma y, lejos de caer, ideó una estrategia ganadora ante la batalla que ya se aproximaba.

Lo primero fue la necesidad de proteger a su familia. Nadie sabría nada del infierno hasta que hubiera pasado. Sólo su marido estaría al tanto, y su hermana, pero ella fue más por necesidad, al fin y al cabo no sabía lo que debía afrontar en esas sesiones de tratamiento y, seguramente, necesitaría un poco de apoyo.

Cada día, cuando amanecía, se convertía en un bello halcón de plumas sedosas, blancas y brillantes. Volaba tan alto como podía. Se dejaba ver y admirar, nadie descubría su secreto. De noche el halcón desaparecía y ella volvía a ser una mujer sacudida, fuerte y decidida, pero marcada con una señal en el pecho. Una señal tan dura de asumir...

Su valor, coraje y ansia de vivir jugaron de su lado. Lady halcón ganó el partido, sin pérdidas, sin nada dejado atrás. Sin nada que lamentar. Pero algo quedó dentro de ella. Un recuerdo amargo.

Aún hoy le cuesta hablar y pocos son los que conocen su historia.  Mientras, el halcón sobrevuela su mundo como símbolo de vida.  La vida que triunfó en ella.

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